¿Cuándo puede ser útil acudir a una psicóloga para adolescentes?
La adolescencia es una etapa en la que muchas cosas cambian, a veces de forma abrupta, otras de forma silenciosa. No siempre es fácil para el entorno reconocer cuándo lo que está pasando requiere un espacio para ser escuchado. Aquí te dejo algunas situaciones comunes que pueden indicar que la terapia puede ser una ayuda.
Cambios de ánimo o mayor aislamiento
Pasar de un estado emocional a otro es parte del crecimiento, pero si los cambios son muy intensos o el aislamiento se vuelve habitual, puede haber algo que necesita ser puesto en palabras.
Malestar sin causa aparente
Algunos adolescentes expresan que se sienten mal pero no saben por qué. La sensación de vacío, tristeza o tensión constante merece ser escuchada, aunque no tenga una explicación clara.
Ansiedad
La presión académica, las exigencias externas o las expectativas personales pueden generar un nivel de ansiedad difícil de gestionar en esta etapa. La terapia ofrece un espacio para pensar ese malestar.
Cambios en la relación con el cuerpo o la comida
Cuando el cuerpo comienza a convertirse en motivo de conflicto o incomodidad, o aparecen conductas de control alimentario, puede ser importante detenerse a comprender qué está en juego.
Conflictos con la familia o el entorno
Las tensiones con madres, padres o en el instituto pueden ser señales de algo más profundo.
La terapia no resuelve los conflictos, pero permite pensar qué lugar ocupan y por qué se repiten.
Dificultad para hablar o cerrar(se) demasiado
Hay adolescentes que no hablan “de lo que les pasa”, pero algo en su forma de estar indica que algo está ocurriendo. La terapia no obliga a hablar, pero espera a que algo pueda decirse, cuando llegue su momento.

¿Cómo puede ayudar la terapia en esta etapa?

Un lugar donde poder parar
Cuando las exigencias del entorno se acumulan, contar con un espacio en el que se pueda detener lo que inquieta permite empezar a pensar lo que está ocurriendo.

Acompañamiento sin juicios
No se trata de corregir, sino de escuchar. La consulta ofrece una relación en la que el adolescente puede decir lo que le pasa, sin ser evaluado ni etiquetado.

Un espacio personal
En la terapia, cada adolescente puede hablar desde su modo de estar, sin tener que ajustarse a lo que los demás esperan o necesitan entender.

Explorar lo que cuesta explicar
A veces se siente un malestar que no se puede nombrar con claridad. Empezar a hablar, aunque no se tenga todo claro, puede abrir un camino nuevo.

Preguntarse por lo que se repite
Algunas situaciones vuelven una y otra vez, generando malestar. En la consulta, estas repeticiones pueden ser escuchadas de otra forma.

No tener que sostenerlo solo
Cuando no se encuentra un lugar donde decir lo que pasa, se corre el riesgo de callarlo todo. La terapia ofrece una presencia que acompaña, sin imponer.
Un lugar a la medida de cada adolescente

Donde poder hablar
En la consulta no se espera que el adolescente lo tenga todo claro, ni que sepa ponerle nombre a lo que siente. Puede venir con dudas, con enfado, con desgana. También con silencio. Lo importante es que tenga un lugar donde su forma de expresarse tenga su propio espacio.

Una relación que no repite lo de fuera
Aquí no hay correcciones, ni deberes, ni expectativas. La relación terapéutica es distinta a la que hay en casa o en el instituto. Está hecha para que algo de lo que vive pueda ser escuchado.

Donde empezar a construir algo propio
Más que resolver problemas, la terapia ofrece una posibilidad: que el adolescente pueda mirar lo que le pasa desde otro lugar. Que pueda empezar a entender su malestar y encontrar una forma singular de estar en el mundo.
Psicoterapia presencial en Bilbao y también online

Un espacio físico acogedor en el centro de Bilbao
La consulta está pensada para que quien llega pueda sentirse cómodo, sin sentirse observado. Un lugar cuidado, donde se ofrece escucha y presencia real, en pleno centro de Bilbao.
C/Bidebarrieta 14, 1º48005 Bilbao 623 00 70 43

La modalidad online como opción accesible
Cuando la distancia o ciertas circunstancias lo requieren, la terapia online permite abrir ese mismo espacio desde otro lugar. Se mantiene la misma escucha, el mismo compromiso, adaptado al formato que la situación necesite.

Lo importante es que exista un lugar
Tanto presencial como online, lo fundamental es que haya un espacio disponible cuando algo necesita decirse. Lo terapéutico no depende del formato, sino del vínculo que se construye.
¿Hablamos?
Si acompañas a alguien adolescente
Y te preocupa lo que está atravesando puedes escribirme. A veces, ofrecerles un espacio distinto ya es una forma de cuidado.
Si estás en la adolescencia
Y hay algo que te inquieta o que no sabes cómo decir, este lugar también es para ti. No necesitas tenerlo todo claro para empezar.
Un primer paso puede ser escribir
Si algo de lo que has leído resuena contigo, puedes contactarme a través del formulario. Te responderé personalmente y sin compromiso.
Contacta conmigo
Si estás pensando en iniciar un proceso terapéutico, puedes escribirme a través de este formulario.
Responderé personalmente lo antes posible.

Preguntas frecuentes
¿Cómo saber si un adolescente necesita un psicólogo?
No hay una señal única, pero si notas que algo se ha transformado en su forma de estar —más retraído, irritable, desconectado o afectado emocionalmente—, quizá es momento de ofrecerle un espacio donde eso pueda ser pensado. No se trata de etiquetar, sino de abrir una posibilidad. sentido.
¿Y si no quiere ir al psicólogo?
Es una situación frecuente. No se trata de convencer, sino de permitir que la idea circule. A veces basta con saber que ese lugar existe. La decisión de venir puede no ser inmediata, pero muchas veces aparece cuando no se fuerza.
¿La terapia sirve aunque no sepa qué le pasa?
Sí. De hecho, muchas veces se empieza así: con malestares difíciles de explicar o de nombrar. El espacio terapéutico no exige claridad desde el inicio; está para acompañar justamente ese proceso de ir encontrando sentido.