Contenido
Hay palabras que se repiten con frecuencia. Ansiedad es una de ellas.
Se dice cuando uno no puede más, cuando el cuerpo se agita, cuando el sueño desaparece, cuando las ideas no paran o la respiración se acorta sin causa médica aparente. A veces se dice con claridad; otras, sólo se intuye. Se dice para nombrar lo que no encaja, lo que inquieta, lo que duele y no se sabe por qué.
Quien llega a consulta diciendo “tengo ansiedad” suele traer algo más que una etiqueta. Trae un malestar que no ha podido resolverse solo. Y eso ya es motivo suficiente para pedir ayuda.
¿Cuándo deja de ser «normal» estar nervioso?
La ansiedad no es una enfermedad, pero puede volverse insoportable. Hay épocas en las que uno siente que se le ha ido de las manos: el cuerpo responde sin permiso, los pensamientos se aceleran, el descanso desaparece, las decisiones se hacen imposibles.
Cuando eso ocurre, no sirve forzarse a estar bien. Ni sirve disimularlo. El esfuerzo por contenerlo todo a veces es lo que más agota.
¿Cómo trabajamos la ansiedad en consulta?
Aquí no ofrecemos técnicas para distraer la mente, ni recetas para controlar los síntomas. Trabajamos con lo que se repite, con lo que no encuentra sentido, con lo que insiste y no se va.
La ansiedad no es el problema, sino el modo en que algo se manifiesta. Y lo que importa no es acallarla, sino entender qué está queriendo decir.
Escuchar más allá del síntoma
Lo que parece sólo físico —falta de aire, opresión en el pecho, tensión muscular— muchas veces guarda relación con lo que no ha podido decirse. Con algo que quedó atrapado, sin palabras. Lo que aquí se hace no es aliviar por aliviar, sino escuchar lo que hay debajo.
La primera sesión no es una toma de datos
Desde el primer encuentro, se empieza a trabajar. No hace falta que lo tengas claro ni que expliques todo. A veces basta con saber que algo no está bien y querer empezar a ponerlo en palabras. Eso ya es mucho.
Sin soluciones rápidas. Sin fórmulas
El cambio no se impone desde fuera. Se construye con tiempo, con compromiso y con una escucha que no juzga ni apresura. Cada caso es distinto. Cada historia tiene su forma.
¿Qué tipo de ansiedad atendemos?
Los nombres cambian, pero lo que hay detrás suele ser el mismo malestar. En consulta trabajamos con personas que:
- No logran dormir o viven en alerta constante
- Tienen miedo sin razón aparente
- Sienten opresión física o mental sin poder aflojar
- Tienen pensamientos que no se detienen
- Se ven atrapadas en decisiones imposibles
- Viven en conflicto con su propio cuerpo o con lo que sienten
Cada una lo vive a su manera. Aquí no se diagnostica desde fuera, se escucha desde dentro.
En Bilbao o desde casa
La consulta está en el Casco Viejo de Bilbao, en un espacio cuidado, pensado para hablar con tranquilidad. También puedes comenzar en modalidad online si ahora eso es lo que te permite empezar.
Empezar a hablar, sin tener que justificarlo
Pedir ayuda no es rendirse. Es una forma de tomarse en serio. Aquí puedes encontrar un espacio donde poner en palabras lo que cuesta, lo que duele, lo que se repite.
Si algo de lo que has leído te resuena, puedes escribirme. La terapia no comienza cuando todo está claro, sino cuando uno decide que quiere empezar a entender lo que todavía no tiene nombre.
👉 Escríbeme para concertar una cita
¿Qué síntomas tiene la ansiedad?
La ansiedad no se presenta igual en todas las personas. Algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:
* Opresión en el pecho o sensación de ahogo
* Pensamientos constantes o en bucle
* Dificultad para dormir o descansar
* Tensión muscular o cansancio físico sin causa aparente
* Sensación de estar desbordado/a o sin control
* Miedo que aparece sin un motivo claro
A veces, los síntomas son tan sutiles como la sensación de que algo no va bien. Si lo sientes así, puedes pedir ayuda. La terapia no es solo para cuando todo está mal, también sirve para prevenir, entender y cuidar.
¿Qué es la ansiedad en adolescentes?
La adolescencia es una etapa de muchos cambios, donde el cuerpo, las relaciones y las emociones se transforman. En algunos casos, esa intensidad se vive con angustia: nervios constantes, dificultad para dormir, miedo sin causa clara o problemas con la comida.
La ansiedad en adolescentes no siempre se expresa igual que en los adultos, por eso es importante no minimizar lo que sienten. La terapia puede ayudar a entender qué está ocurriendo y a ofrecer un espacio donde puedan poner en palabras lo que les pasa, sin juicios.
¿Dónde acudir si tengo ansiedad?
Lo más importante es no quedarte solo/a con ese malestar. Puedes acudir a una consulta de psicología donde se trabaje desde el respeto por tu historia y sin fórmulas generalizadas.
En Bilbao, puedes encontrar un espacio cuidado donde iniciar este proceso. Y si no estás cerca, la modalidad online también puede ser un buen comienzo. Lo esencial es contar con un lugar donde poder empezar a hablar, incluso si aún no sabes muy bien qué decir.