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Vivimos en una época de alta exigencia emocional, incertidumbre y estrés constante. Esta carga se intensifica en situaciones como las que hemos vivido recientemente, donde la movilidad, las rutinas y las redes de apoyo se han visto alteradas. Esta realidad ha afectado nuestros hábitos de vida: alimentación, sueño, ejercicio físico… y en consecuencia, ha derivado en un aumento de peso generalizado, especialmente preocupante en la población infantil.
¿La solución?. Las dietas… ¿o no?
Ante esta situación, muchas personas recurren a dietas hipocalóricas como solución rápida para bajar de peso. Sin embargo, los estudios muestran que más del 90% fracasa a largo plazo, y que hasta dos tercios de quienes las siguen acaban con más peso del que tenían al empezar.
Esto no ocurre por falta de voluntad, sino por la activación de mecanismos fisiológicos profundos que buscan garantizar nuestra supervivencia.
Qué le pasa al cuerpo cuando haces dieta
Cuando iniciamos una dieta restrictiva, el cuerpo interpreta que hay escasez y activa el llamado “genotipo ahorrador”:
- Disminuye el metabolismo basal (hasta un 40%)
- Reduce la energía disponible (fatiga, menos movimiento)
- Aumenta la masa grasa y reduce la masa muscular
- Intensifica la sensación de hambre (hiperfocalización en la comida)
- Se produce leptinoresistencia, afectando las señales de saciedad
- Aumenta el cortisol (estrés), lo que favorece la acumulación de grasa abdominal y altera la regulación del azúcar en sangre
En resumen: el cuerpo se defiende, y lo hace con herramientas muy potentes. No es que no puedas con la dieta, es que la dieta no puede con tu biología.
El impacto emocional de las dietas
Además de lo fisiológico, el impacto psicológico de las dietas es profundo:
- Sentimientos de fracaso reiterado
- Culpa y baja autoestima
- Desconfianza en el propio cuerpo
- Relación disfuncional con la comida
Y si hay una predisposición genética, este enfoque puede ser un detonante de trastornos de la conducta alimentaria.
Psiconutrición: una alternativa compasiva y sostenible
Este enfoque integrativo aborda:
- La relación emocional con la comida
- La gestión del estrés y la ansiedad
- El autocuidado sin castigo
- Técnicas como el mindfulness para salir del piloto automático
Es un proceso más lento, pero más duradero, más amable… y más humano.