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La forma en que nos alimentamos influye directamente en cómo nos sentimos, tanto a nivel físico como emocional. En el trabajo terapéutico sobre la relación con la comida, es fundamental comprender cómo ciertos alimentos no solo nutren el cuerpo, sino también influyen en nuestro bienestar general. Es el caso de los alimentos fermentados, ricos en probióticos naturales.
¿Qué son los probióticos y cómo actúan?
Los probióticos son microorganismos vivos que, al ser ingeridos, aportan beneficios para nuestra salud. Están presentes de forma natural en algunos alimentos fermentados, y ayudan a mantener una microbiota intestinal saludable, clave para una buena digestión y equilibrio emocional.
Durante el proceso de fermentación, además, se generan compuestos como el ácido láctico, que también es beneficioso para la salud intestinal.
Ejemplos de alimentos fermentados probióticos
Incluir estos alimentos en tu dieta puede favorecer tu relación con la comida, mejorar tu salud digestiva y apoyar tu equilibrio emocional:
- Yogur natural sin edulcorar
- Kéfir de leche
- Quesos crudos
- Chucrut (col fermentada)
- Kimchi (fermentado coreano)
- Encurtidos naturales: aceitunas, pepinos, zanahorias
- Kéfir de agua
- Kombucha
- Vinagre de manzana sin pasteurizar
- Miso, tamari o salsa de soja (sin pasteurizar)
- Umeboshi (vinagre o pasta)
Cómo consumirlos correctamente
Para mantener vivos sus microorganismos beneficiosos, es importante:
- Comprar versiones sin pasteurizar y de buena calidad
- No calentarlos por encima de 45 ºC
- Añadirlos a platos ya servidos
- Evitar fermentados industriales con azúcares añadidos o conservantes
Relación con la comida y microbiota: una conexión real
Una microbiota equilibrada no solo mejora la digestión. También influye en la producción de neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo, la ansiedad o la saciedad. Por eso, incluir alimentos fermentados puede ayudarte a recuperar una relación más intuitiva y amable con la comida, desde el cuerpo y no desde la restricción.