Contenido
Porque hay sufrimientos que no se curan solos.
No hace falta estar al borde del colapso para pedir ayuda. A veces, basta con sentir que algo no va bien y que uno, por más que lo intenta, no consigue entenderlo del todo.
Hay malestares que se repiten, que cansan, que ocupan demasiado espacio por dentro. Se aguantan durante años, pero no desaparecen.
Ir a terapia es una forma de empezar a pensar eso que duele y que no se dice tan fácilmente.
Estas son algunas señales que pueden indicar que ha llegado el momento.
1. Sientes que todo vuelve al mismo sitio
Hay algo que se repite. En tus relaciones, en tus pensamientos, en tus reacciones. Cambia el contexto, pero el malestar se queda. Como si dieras vueltas a lo mismo sin poder salir.
2. No sabes bien qué te pasa, pero pesa
No hay un motivo claro. No ha pasado nada grave. Pero estás triste, irritable o apagado. Te cuesta encontrarle sentido. Solo sabes que estás peor que antes.
3. Te guardas lo que sientes
No hablas de lo que te pasa. Lo minimizas, lo justificas, lo escondes. Te dices que no es tan importante o que hay otros peor. Pero mientras tanto, te lo tragas todo.
4. Te cuesta contigo mismo
Te enfadas contigo. Te exiges demasiado. Te sientes agotado por dentro. Lo que antes hacías sin pensar, ahora cuesta. Tu forma de estar en el mundo te desgasta.
5. Te alejas o te enganchas más a los demás
Notas que tus relaciones no están bien. Tal vez estás más solo de lo que querrías. O tal vez no puedes estar solo ni un minuto. Algo en el vínculo con los otros se ha vuelto difícil.
6. Te haces esta pregunta
A veces, el simple hecho de preguntarse si uno necesita ayuda ya indica que algo dentro se ha movido. No es necesario tener una respuesta clara. Solo el deseo de empezar a entender.
¿Y por qué ir al psicólogo?
Lo que no se dice, a menudo se repite. Y lo que se repite, cuando se escucha, puede empezar a transformarse.
¿Cómo empezar?
Es sencillo. Me llamo Ainhoa Cebrecos, soy psicóloga, y trabajo en Bilbao y también online. Si crees que ha llegado el momento, puedes escribirme. El primer paso no exige explicarlo todo. Solo desear empezar.