Nutrición y salud emocional: por qué comer sano no siempre basta

19 de mayo de 2025

por Ainhoa Cebrecos


Lo que el cuerpo pide no siempre está en el plato


Comes bien, pero no te sientes bien

Sigues una alimentación equilibrada. Comes más verduras, evitas los alimentos ultraprocesados, cuidas las raciones. Haces todo lo que se supone que está bien.

Y, sin embargo, te sigues sintiendo mal. Aparece el cansancio, el vacío, una sensación difícil de explicar.

Es entonces cuando surge una pregunta que rara vez nos hacemos:
¿Qué relación hay entre lo que comemos y lo que sentimos?


La conexión entre nutrición y salud emocional

No siempre comemos por hambre. Muchas veces lo hacemos por costumbre, por ansiedad, por aburrimiento o simplemente para no enfrentarnos a lo que sentimos.
Y eso también forma parte de la alimentación emocional.

Comer de forma saludable ayuda, claro. Pero si no atendemos cómo estamos por dentro, ese malestar sigue ahí.

Por eso hoy se habla cada vez más de nutrición y salud emocional: una forma de entender el cuerpo y la comida que va mucho más allá de los menús y las calorías.


Comer sano no cura el malestar emocional

Puedes seguir una dieta perfecta, pero si comes con culpa, con miedo o con ansiedad, tu cuerpo lo nota.
A veces el síntoma no está en el intestino ni en la báscula, sino en el corazón, en el pensamiento, en la emoción.

La alimentación emocional no es un problema de voluntad.
Es una señal de que algo más está pasando.

Y no hay dieta que lo resuelva si no empezamos a mirar qué hay detrás de cada gesto con la comida.


Cuando lo saludable se convierte en una nueva exigencia

¿Te sientes culpable cuando no sigues la dieta al pie de la letra?
¿Te cuesta disfrutar de un plato sin pensar si es “bueno” o “malo”?
¿Evitas situaciones sociales por miedo a comer algo fuera de lo previsto?

Entonces quizás lo que parece autocuidado se ha convertido en una forma más de exigirte.

Y eso también es alimentación emocional, aunque esté disfrazada de hábitos saludables.


¿Qué necesita realmente tu cuerpo?

Cuidarse no es solo elegir bien los alimentos.
La nutrición y la salud emocional también tienen que ver con el descanso, el disfrute, los vínculos, el permiso para parar.

Algunas preguntas que pueden ayudarte a empezar:

  • ¿Tengo hambre o estoy buscando otra cosa?
  • ¿Estoy comiendo para llenar un vacío?
  • ¿Puedo disfrutar sin juzgarme?
  • ¿Qué me está queriendo decir mi cuerpo que yo no quiero escuchar?

Escucharse también es cuidarse

El cuerpo tiene memoria. Y muchas veces, lo que duele no se arregla con una ensalada ni con un plan alimentario.

Necesita presencia. Necesita palabras. Necesita espacios donde no todo sea rendimiento, control y perfección.

La comida es solo una parte del bienestar.
La salud emocional también se alimenta.

Y empieza cuando dejamos de juzgarnos tanto… y aprendemos a escucharnos con más amabilidad.


🌸 Comer sano está bien.
Pero sentirte bien con lo que comes —y con lo que sientes— es aún mejor.

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